Jedno Słowo

Miembro de la familia (οἰκεῖος oikeios)

De tal suerte que ya no sois extranjeros y huéspedes, sino que sois ciudadanos de los consagrados y miembros de la familia de Dios. (Ef 2,19)

Ἄρα οὖν οὐκέτι ἐστὲ ξένοι καὶ πάροικοι ἀλλ᾽ ἐστὲ συμπολῖται τῶν ἁγίων καὶ οἰκεῖοι τοῦ θεοῦ.

Ergo iam non estis extranei et advenae, sed estis concives sanctorum et domestici Dei.

Jesús, mediante su Sangre, reconcilió a la humanidad consigo mismo y con Dios, haciendo la paz y eliminando toda hostilidad. En Él, también nosotros tenemos acceso al Padre en un solo Espíritu. Por Él, nos hemos convertido en miembros de la familia de Dios, lo que significa que hemos sido incluidos en la relación de la Trinidad. Ser miembros de la familia no significa sólo estar en presencia de alguien o compartir un espacio común, sino sobre todo una relación profunda y cercana en la que compartimos nuestra vida con el otro.
Hoy, Dios nos invita a habitar con Él, a entrar en su espacio y sentirnos en casa. Él desea una comunión y conexión profunda con cada uno de nosotros.

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